viernes, 6 de enero de 2017

Sentimientos ocultos

  Te quiero.


  Escribo esto con un último esfuerzo,
tal vez desperdiciando fuerzas, pero siento que debo;
quizás sufra, y no llegue a conseguir un final,
y mi pulso no se deje del todo controlar.


  Te quiero.


  Sin embargo, siento que debo hacerlo,
porque prefiero tener un papel entre mis manos
que una pistola apuntando, y disparando...
disparándome, más bien.


  Te quiero.


  Siento que no tengo fuerzas para seguir,
o más bien para caminar sin ti;
y es estúpido, porque este amor de años
se ha transformado en lágrimas y daños.


  Te quiero.


  Dime; ¿en realidad alguna vez me quisiste?
Porque no creo que de un amor tan profundo,
se pase a un odio tan tóxico, tan bruto;
ni pasemos de no mirarnos por deseo
a no hacerlo por puro asqueo.


  Te quiero.


  Te quiero, ¿es que no lo lees?
Tal vez ese siempre fue mi problema,
que escribo las cosas en letra pequeña,
y la cursiva suele ser mi arma defensiva.


  Te quiero.


  Tic, tac; 
¿llevo tantas horas escribiendo?
El tiempo ha pasado casi corriendo,
pero yo sigo notando tu aliento.
Te deseo, y ya no me da miedo decirlo.


  Te quiero.
Y sí, ya no lo oculto porque ya todo me da igual.
Porque total, ahora que no estás,
¿qué daño me puede pasar?
Temía un rechazo tuyo, 
un "no, es mejor que seamos amigos",
un golpe que me dolería como una pedrada,
y que me mataría lentamente,
como el cigarro que compartíamos siempre.
Amor mío, te quiero,
y tal vez estoy siendo cobarde, 
diciendo cosas que no debo,
cuando no debo,
y donde no debo. 
Pero te quiero, y esto es lo que siento
cada vez que te veo.