sábado, 28 de noviembre de 2015

u n o


-Es que yo no te quiero-


Ella empezó a llorar, intentando buscar una explicación de por qué sus sentimientos habían cambiado de un día para otro. No notó nada diferente en él, mientras que ella misma sentía que cada vez lo quería más.


-¿Por qué no?-


Hizo la pregunta más estúpida que en esos momentos podría hacer, pero ella no lo sabía. No era consciente de que la respuesta le iba a doler todavía más que la primera frase. No se daba cuenta de que él no la merecía.


-Quiero a otra persona. Me hace sentir mejor que tú, que te pasas la vida con la autoestima baja y pidiendo ayuda por todo-


Eso la hundió. y el pánico empezó a inundar cada milímetro de su cuerpo. Sentía como se desmoronaba, como su corazón y su mente se fragmentaban en millones de pedazos. Otra persona... A esas alturas de su vida se preguntaba como él le había hecho tanto daño, como la había cambiado por seguramente una persona peor.


-Entonces, ¿este es nuestro fin?-


Las lágrimas invadieron sus ojos, temía llorar por el simple hecho de que él también eso le echase en cara. Respiró profundamente, intentando calmar su respiración agitada. Él la miraba, una parte de él también estaba sufriendo. Porque ninguno de los dos era mala persona, pero el destino no decidió que estuviesen juntos.


-Creo que es lo mejor; ¿para qué estar al lado de una persona a la que vas a dañar? Sería como tener una mascota para dejar que muriese de hambre; como vivir tu vida odiando a todas las personas.


Él no había cambiado, seguía siendo el mismo pedazo de pan que el día en ella lo conoció. Pero ella seguía con ganas de llorar; quería apoyar su cabeza en cualquier cojín cercano y mojarlo con sus lágrimas hasta que se quedase dormida. No podía evitarlo, tenía un nudo en la garganta enorme.


-Pero yo te quiero, ¿por qué tú no puedes quererme también?


-Cariño, el amor no tiene por qué ser correspondido. Que tú me quieras, no tiene que significar que yo te quiera a ti. Y, lo siento, de verdad que lo siento. Te doy permiso a odiarme, aunque no sería justo hacerlo por el simple hecho de que no puedo obligar a mis sentimientos. Por favor, no me juzgues ni me taches por mala persona-


Y allí ella sí que se derrumbó. Comenzó a llorar mientras poco a poco caía rendida al suelo. Pero por suerte, y a pesar de todo lo que había pasado hace unos minutos, él estaba ahí. Y se encargó de consolarla, de animarla, de intentar subir un poco su autoestima. 


Porque deberíamos apreciarnos un poco a nosotros mismos, sin necesidad de que otras personas lo hagan por nosotros.


Porque al fin y al cabo, él no es mala persona.






Atentamente, Belle.

sábado, 14 de noviembre de 2015

Pray for the world

 Para todas esas personas que tienen una vida difícil, que piensan que sus problemas son imposibles de superar.

 Para todas aquellas que sufren día tras día, que no son capaces de afrontar los problemas que el destino pone en sus caminos.

 Para esas que lloran, que no pueden aguantar las ganas de dañarse a sí mismas a cambio de conseguir que su corazón deje de doler.

 Para los que sufren por amor, los que piensan que no son queridos porque no encuentran a esa media naranja que los hace sentir especiales.

 Para los que no consiguen un trozo de comida que llevarse a la boca, porque hasta sus necesidades primarias están limitadas,

 Para los que cada noche sufren porque les falta alguien en su vida, una persona que no puedo volver al mundo de los vivos.

 Para los que día tras día sufren una guerra, y no tienen la suficiente fuerza para enfrentarse a ella ni para intentar que pare.

 Para los que viven en injusticias sociales, los que deberían ser tratados como seres humanos y parecen más bien desechos.

 Para los que te transmiten su dolor con la mirada, porque demuestran que realmente están sufrimiento lentamente.

Para los que quieren sobrevivir, pero que no pueden.

Y para los que quieren luchar, pero que no lo logran.

Para todos los que viven aquí, en nuestro planeta, pero que mueren cada día porque su país no se preocupa por ellos.

Y para los que también mueren, pero en este caso por enfermedades que aún no han sido descubiertas.

Para todos los que tienen un arma en su casa, porque viven con el temor de que entren en ella y suceda una tragedia.

Para todos los que viven escondidos, que no son capaces de salir a la calle por miedo a que algo malo les suceda.

Por todas esas personas que son ocultas, por todo el sufrimiento que desconocemos. 

Y por nosotros mismos.

Pray for the world.




A partir de ahora, no serán todas las entradas de temas sociales, haré algunas más profundas. Nos vemos el próximo sábado, y no olvidéis comentar.

Atentamente, Belle.